La Búsqueda del Chivo Expiatorio: Una Tradición Conservadora desde Yoko Ono hasta Pedro Sánchez

Como envidio la escasa conciencia de políticos conservadores, les es tan fácil encontrar culpables de cualquier situación natural, que para nada les hace falta, la Inteligencia Artificial. En la vasta galería de chivos expiatorios que los políticos conservadores han utilizado a lo largo de la historia para desviar la atención de sus propias chingadas, hay nombres que resuenan en la memoria colectiva. Desde la mítica Yoko Ono, a quien se culpó por la disolución de los Beatles, hasta el contemporáneo Pedro Sánchez, a quien parece se le atribuye todo lo que está mal en España, los líderes peperos tienen una habilidad innata para encontrar un "culpable" conveniente. Inspirados por el legendario "Efecto Yoko", que aparentemente puede deshacer bandas legendarias con un solo chasquido de dedos, los políticos han adoptado la estrategia de encontrar un culpable de cualquier situación para sus propios fracasos. En el caso de Sánchez, parece que cualquier problema, desde la economía hasta el clima, puede ser convenientemente atribuido a sus acciones u omisiones. ¿Hay problemas en el sistema de salud? ¡Claro, Pedro Sánchez debe ser el responsable! ¿Incluso el tiempo está siendo impredecible? No te preocupes, alguien encontrará la manera de hacer que Sánchez parezca culpable de eso también. Pero no nos equivoquemos, esta práctica no es exclusiva de España. En la era de las redes sociales y la política globalizada, los chivos expiatorios son una moneda común en el arsenal de los políticos en todo el mundo. Desde culpar a los inmigrantes por la falta de empleos hasta señalar a los jóvenes por los problemas de la sociedad, siempre hay un chivo expiatorio a la vuelta de la esquina.
Lo irónico de todo esto es que, mientras los políticos se esfuerzan por encontrar a alguien a quien culpar, a menudo ignoran sus propias responsabilidades, fallas, o amistades peligrosas. Es más fácil señalar con el dedo que asumir la responsabilidad y trabajar para resolver los problemas reales que enfrenta la sociedad. Entonces, la próxima vez que escuches a un político señalar con el dedo a un chivo expiatorio, ya sea Pedro Sánchez, Yoko Ono o cualquier otro, tómatelo como el balbuceo de un culero. Porque en el mundo de la política y la vida en general, encontrar un chivo expiatorio es a menudo más fácil que enfrentar la realidad. Y eso, amig@s, es un hecho que nunca pasará de moda. Mientras tengamos políticos, que alimentar.

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