El regalo que nos llega de los gigantes del cielo.

 





Estos últimos años me ha sido bastante difícil encontrar alguna noticia positiva, a nivel general para compartir con clientes, y amigos. Llegó el momento ya puedo compartir una, y esta puede llegar a ser de gran trascendencia para muchos de vosotros. El aspecto que provoca esta situación positivamente anómala, os lo comenté detalladamente, el artículo anterior

 “Conjunción entre el dios de los cielos y de los mares”.

Ahora algo practico para variar, esta conjunción ampliamente benéfica, nos ofrece la oportunidad de una transformación positiva en un determinado apartado de nuestra vida, por supuesto a cada uno de forma distinta, es una mejora en la situación de vida, como os decía de unos aspectos concretos de la misma.

¿Como localizar ese apartado, donde nos llega esta mejora?

Es muy fácil de localizar, sabemos que la conjunción seda en el grado 24 del signo de Piscis, localizamos este grado en concreto en nuestra carta natal, que se encontrará situado en una de las casas astrológicas. Así de fácil, así de simple, la casa donde se encuentra localizado este grado es la que va a experimentar una mejora. Por ejemplo, a quién le caiga este grado en la casa dos, puedes esperar una mejora en sus ganancias o simplemente una forma más cómoda y lucrativa de conseguir ingresos. Al que le caiga en la casa cuatro, las mejoras se escenificaran en el campo de la familia, pudiendo llegar a incorporarse algún nuevo personaje en ella. En el caso de la casa 7 observaremos una mejora en nuestra relación de pareja, socios, incluso la desaparición de algún enemigo que nos llevaba a maltraer. En el caso de que se diera en nuestra casa 11 esta mejora se plasmaría en el campo de los amigos y clientes, esas mejoras también alcanzan en este caso en concreto, a las relaciones con yernos y nueras que a menudo tienen ciertos puntos disonantes.

Que la vida nos habrá puertas, o nos ofrezca mejoras, no es algo muy habitual, además lo que, si es habitual, es que las personas quieran las mejoras en un determinado apartado de su vida, y si no les llega en ese punto, además de seguir con su mayor o menor frustración, pierden la oportunidad que la vida les está entregando, ya sabéis “Si lloras porque se fue el Sol, tus lagrimas no te permitirán ver las estrellas”.



Hasta aquí, la localización de las posibles mejoras, en un formato simple y asequible para todos, los que no sepáis donde se localiza esta conjunción en vuestra carta, sería un buen momento para interesarse por ello.

 Ahora os comento algo más preciso, para los sensitivos o aquellos que trabajan con el simbolismo oh imágenes que nos abren una perspectiva más amplia, y nos pueden aportar una información sublime. Hace ya algunas décadas, estuve trabajando con la línea de Dane Rudhyar, un astrologo francés, que paso la mayor parte de su vida en Estados Unidos, al final de este articulo os paso, algo de su bibliografía, pues me consta no es muy conocido, ni por los estudiantes actuales. La cuestión aquí es que Dane, en su libro un mandala astrológico recoge un trabajo anterior, de Marc Edmund Jones, otro astrologo para tener en cuenta, pues sus aportaciones han sido de considerables. La corriente de simpatía que mantengo hacia Rudhyar, tal vez debida a su interés por  Nietzsche cuando era joven y  Carl G. Jung.



Además, sus años de relación con Jones, y en especial con la teósofa Alice A. Bailey (la persona que inventó el término New Age).




Este trabajo en concreto de dane, consistió en poner en una bolsa 360 bolas, cada una de ellas marcada con 1º determinado del zodiaco, extraía una en concreto, frente a él una clarividente percibía una imagen, que le comunicaba y él posteriormente desarrollaba. Este original trabajo es una puerta, atraves de la cual podemos entrar, el que así lo desee en otra dimensión de la percepción. Sin más pasó ahora a mostraros lo que Dane nos cuenta del grado 24º de piscis: la imagen que percibe la clarividente es, *sobre una pequeña isla rodeada de una vasta expansion de mar. Vemos a gente viviendo en una estrecha interacción*. Nota clave: la necesidad de aceptar conscientemente las propias limitaciones personales para así poder concentrar las energías y vivir una vida centrada y realizadora.

Cada persona individualizada es una pequeña isla en el vasto océano de la raza humana. El ego realiza una función necesaria, ya que proporciona los límites y da un carácter específico a la conciencia. Dentro de estos límites una compleja interacción que une e integra los distintos aspectos de la vida personal, puede operar de una manera constructiva. A su debido tiempo coma estos límites del ego no solo pueden expandirse, sino que se pueden convertir en una zona de inmenso intercambio entre lo interno y lo externo, entre el individuo y la comunidad, entre el hombre y el universo. Nos sigue aclarando el francés que por dos días no tuvo el privilegio de encarnar esta ocasión en el signo de Piscis, tomen ustedes estas últimas palabras como simpática ironía hacia este astrólogo, de mi gusto.

 Este símbolo de la cuarta etapa nos dice que el primer deber de cualquier hombre o mujer es el de *ser en verdad* lo que él o ella coma son como individuos. Pero este individuo tiene un dharma particular, es decir coma un lugar y una función en un todo más amplio. Los habitantes de la isla obtienen su supervivencia gracias al mar, y llega un tiempo en el que aprenden a navegar y a relacionarse con otros isleños y alguna vez llegan a darse cuenta de que su unidad con la tierra entera la cual incluye todo. Una palabra clave apropiada sería.





Biografía

Dane Rudhyar nació en París el 23 de marzo de 1895. A la edad de 12 años, una grave enfermedad y cirugía lo incapacitaron, y recurrió a la música y el desarrollo intelectual para compensar su falta de agilidad física. Estudió en la SorbonaUniversidad de París (graduándose a la edad de 16 años), y en el Conservatorio de París. Sus primeras incursiones en la filosofía y su asociación con la comunidad artística de París lo llevaron a la convicción de que toda existencia es de carácter cíclico. Influenciado por Nietzsche cuando era joven, Rudhyar se visionó a sí mismo como un "hombre semilla" de la evolución cultural de la nueva era.

En noviembre de 1916, la música de Rudhyar lo llevó a la ciudad de Nueva York, donde sus arreglos orquestales y composiciones originales fueron interpretadas el 4 de abril de 1917 en una representación de Métachorie  por la Ópera Metropolitana de Nueva York. Esta fue una de las primeras piezas musicales politonales interpretadas en los Estados Unidos. [7] También conoció a Sasaki Roshi, uno de los primeros maestros zen japoneses en América, quien lo guio en el estudio de la filosofía oriental y el ocultismo.  Durante este período de 1917 a 1919, pasó en parte en la ciudad de Nueva York, en parte en Canadá y en parte en Filadelfia, adoptó el nombre "Rudhyar", un cognado de varias palabras sánscritas atractivas, incluido el nombre del dios Rudra. Su interés fue estimulado aún más por su asociación con la Teosofía, que comenzó cuando se le pidió que compusiera música para una producción en la sede de la sociedad en Los Ángeles en 1920. Rudhyar se convirtió en ciudadano naturalizado de los Estados Unidos en 1926. Permaneció en California (a menudo viajando a Nueva York) durante la década de 1920 y en 1930 se casó con Marla Contento, secretaria del teósofo independiente Will Levington Comfort. Comfort presentó a Rudhyar a Marc Edmund Jones, quien a su vez lo introdujo en la astrología. Rudhyar recibió lecciones mimeografiadas sobre astrología de Jones.

Rudhyar aprendió astrología durante un período en el que también estaba estudiando los escritos psicológicos de Carl G. Jung, y comenzó a pensar en términos de unir la astrología y la psicología junguiana] Rudyar también cita el libro de Jan Smut Holism and Evolution como una influencia. El matrimonio entre la astrología y la psicología profunda superó algunos problemas básicos, incluido el enfoque determinista de la astrología de la vida y la molestia de designar un agente agradable para producir los efectos astrológicos. Rudhyar postuló que las estrellas no causaban los efectos observados en la vida humana, sino que eran imágenes alineadas sincrónicamente con los seres humanos. Detallaron las fuerzas psicológicas que trabajan en los individuos, pero no anularon la libertad humana al responder a esas fuerzas, dijo. Al principio llamó a su nueva interpretación "astrología armónica" y a medida que las ideas maduraban la renombraron "astrología humanista", el tema de su monumental volumen, La astrología de la personalidad, publicado en 1936. Una amiga, la teósofa Alice A. Bailey (la persona que inventó el término New Age), alentó el desarrollo de su pensamiento y publicó su libro en su prensa, Lucis Publishing. Sus escritos iniciales fueron artículos regulares en la revista American Astrology de Paul Clancy y en la revista Horoscope magazine de Grant Lewi.

Durante las siguientes dos décadas, Rudhyar continuó escribiendo y dando conferencias sobre astrología, pero mientras fue honrado dentro de la comunidad astrológica, era poco conocido fuera de ella. No fue hasta la década de 1970, cuando surgió el movimiento de la Nueva Era, que las principales editoriales lo descubrieron y comenzaron a publicar sus escritos: entre los primeros estaba La práctica de la astrología, publicado en 1970 por Penguin Books.

En 1969 Rudhyar fundó el Comité Internacional de Astrología Humanística, una pequeña sociedad profesional que trabajaría en el desarrollo de su perspectiva. Comenzó uno de los períodos más fructíferos de su vida, produciendo varios libros al año durante la siguiente década. Comenzó a absorber las ideas de la psicología transpersonal, que se concentró en explorar estados de percepción alterados y exaltados, y a mediados de la década de 1970 se había movido más allá de la astrología humanista a lo que él llamó "astrología transpersonal". También comenzó a reflexionar sobre el movimiento de la Nueva Era y escribió varios de los volúmenes más sofisticados sobre la conciencia planetaria y la filosofía de la Nueva Era.

Dane Rudhyar murió el 13 de septiembre de 1985 en San Francisco, California.

           

 


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